sábado, 25 de junio de 2011

Para servir en el asado del Día del Padre

El martes y el miércoles de la semana que está culminando, tuve el privilegio de participar del Asunción Wine Experience, la feria de vinos que está haciendo historia en el país. Dando vueltas, vueltas y más vueltas, copas van, copas vienen, logré degustar lo mejor que cada casa importadora está trayendo al país. Algo que, en realidad, no es poco.
Y si bien el evento vale varias columnas, una pregunta que me hicieron en medio de la locura de gente me dio pie para la columna de esta semana. “¿Qué descorcharías este domingo en el almuerzo del Día del Padre?”, me preguntó muy suelta de lengua una de las tantas promotoras que pululaban por aquí y por allá.
La pregunta no podía ser más complicada: era, al mismo tiempo, muy fácil y muy difícil de responder. ¿Por qué? Porque si bien hay una gran serie de cepas que podrían adecuarse perfectamente bien al asado, el más típico de los menús para celebrar tan importante fecha, encontrar la etiqueta correcta era un interesante desafío. Sobre todo teniendo en cuenta la enorme oferta circundante.
Por suerte, al alzar la vista encontré la respuesta. No fue necesario un sesudo análisis, mucho menos realizar una larga ronda de degustaciones. La contestación a la pregunta de la joven y blonda señorita fue: “Finca La Linda Malbec”. 

AMABILIDAD Y JUVENTUD. Sucede que este vino, elaborado por la prestigiosa Bodega Luigi Bosca / Familia Arizu, tiene muchos ingredientes que lo hacen una muy buena opción. Para empezar está la clásica “buena onda” que hay entre el Malbec y las carnes rojas asadas. Otro aspecto a tener en cuenta es que se trata de un vino que, por sus características, sabe encantar a consumidores de todas las edades.
También cuenta el precio, G. 35.000, una cifra más que interesante si tenemos en cuenta que se trata de un producto añejado entre tres y cuatro meses en barricas de roble, elaborado a partir de uvas provenientes de viñedos cuidadosamente preparados para rendir entre 8 y 10 mil kilos por hectárea. En pocas palabras, se puede afirmar lo agrónomos y los enólogos de la bodega toman los recaudos para lograr una buena relación entre el precio y la calidad de su “hijo” enológico.
Entonces, luego de conversar con la promotora, seguí para adelante, ingresé al stand de Finca La Linda y pedí degustar lo que estaban proponiendo al público. A mi copa llegó un cosecha 2009, que a la vista resultó de un rojo intenso, con matices violáceos (características típicas de un Malbec joven). En nariz aparecieron notas a frutas rojas y algunas especias, mientras que en boca es deliciosamente equilibrado, con buena estructura.

UN DESEO. Conociendo entonces las características de este vino, no pude evitar imaginar la celebración que mi hija mañana presidirá en mi honor. Me consta que habrá carne, algunos embutidos especiales para la parrilla y otras delicias. Incluso un postre a base de chocolate (otro producto que combina bien con el Malbec). Solamente espero que el vino elegido sea de esa emblemática cepa que tan bien se da en Argentina. ¿La etiqueta? La Linda, por supuesto.

Artículo publicado en la página 42 del diario Última Hora del 18/06/2011

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